Hace ya tres años entré a la universidad, y a la semana uno de mis
compañeros de carrera se acercó a mi. él siempre buscaba hablarme con
algún pretexto y cómo siempre fui poco preceptiva con ese tipo de
situaciónes era muy cortante y trataba de evitarlo ya que además soy
tímida cuando comienzo a conocer a alguien. Una noche, mientras revisaba
facebook, apareció él en la lista de amigos sugeridos y le envié una
solicitud, desde aquel día no paramos de hablar. Me di cuenta de que era
un hombre tan bueno, no solo conmigo, sino también con el resto de las
personas, era educado y muy detallista. Después de varios días decidimos
salir y en esa cita nos besamos y comenzamos una relación tan hermosa
que cada noche me iba a dormir con una sonrisa en el rostro, era un
sueño, siempre, cada día perfecto. él se convirtió en mi novio, mejor
amigo, mi compañero de juegos, eramos inseparables, todo lo hacíamos
juntos, incluso tomabamos las mismas clases en la universidad, nos
ayudabamos y nos proyectabamos juntos. Pasaron dos hermosos años y una
tarde estaba tranquila en mi casa (vivía lejos de él) y el hermano de mi
pareja me llama y me dice que él había tenido un accidente, al escuchar
esas palabras quedé congelada, y resultó ser que mi novio al lanzarse
al mar, chocó con un montículo de arena, tuvo una fractura cervical y
quedó inmóvil del cuello hacia abajo. Esa noche fué horrible, él estaba
en el hospital y yo iría en la mañana, me la pasé llorando, quería
escuchar su voz, mirar sus ojos, sentir que estaba conmigo...en la
mañana temprano llegué al hospital y entré a verlo, él estaba en una
camilla de metal, con su pelo rapado, fierros y cables por todas partes,
esa escena me marcó tanto, que lo único que hice fue llorar llorar y
llorar, él me miró con sus tiernos ojitos y apenas pudo hablar me dijo "
perdoname, te amo mi vida hermosa". A las 11 de la noche fue llevado a
pabellón con la esperanza de poder recuperar la movilidad de sus brazos,
y a las 4 de la mañana el doctor sale y nos dice que lamentablemente no
lo pudieron conseguir, él quedaría postrado. Sequé mis lagrimas y
recordé todo lo que nos habíamos jurado, y ahí me quedé, a su lado,
luchando. Todos los días me levantaba temprano e iba al hospital a
verlo, le daba su almuerzo, lo cuidaba y le daba todo el amor y la
alegría que podía, él nunca me vio triste en ese proceso, ni yo tampoco a
él, porque su fuerza y ganas de luchar eran tantas que no importó nada
más que salir adelante por nuestro amor. Al mes llegó a la casa, yo me
fui a vivir con él y congelé la carrera, mis padres fueron un pilar
fundamental para mi, me apoyaron en todo, me guiaron y nos dieron a
ambos mucho mucho amor. Mi novio comenzó a ir a la teletón y más su tío
que es kine, logró comenzar a mover de a poco sus brazitos, de rascarse
solito y de abrazar. Cada día al despertar lo miro a los ojos y
agradezo por tenerlo conmigo, y no me importa si él no camina, porque,
solo el hecho de tenerlo a mi lado, que él respire, que sonria, que esté
vivo, es el mejor regalo que me pudieron dar. Para finalizar mi
historia sólo diré que aprovechen el tiempo, digan siempre te quiero,
abrazen, sonrian, sean felices, porque en solo un segundo nos puede
cambiar la vida, nosotros seguiremos luchando juntos, hasta que la
muerte nos separe.
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