Soy un joven de 27 años que actualmente cursa Nutrición en x
Universidad. La cosa es que a los 15 años tuve mi primer y gran amor,
ella tenía en ese tiempo 13 y por culpa de su mamá no se pudo, la última
vez que la vi (a los 16) le prometí que me convertiría en alguien de
respeto y exitoso. A los 19 años me metí a la Escuela de Carabineros
(ESCAR) de la cuál egresé sin ningún problema con el grado de
Subteniente, y hasta ahí todo iba excelente en los labores cotidanos, el
problema fue hace 2 años cuando se me ocurrió la geniaal idea de
meterme a FF.EE. Hice el curso y la sufrí caleta, pero lo logré, a los
días altiro salió una marcha estudiantil y para allá me tiraron.
Llegamos y estaba la cagá, todos tirando piedras y palos, sacando fotos,
y obviamente diciendo chuchás hacia nosotros. Me llamó la atención que
habían muchas minas incluso más violentas que los hombres, y por tener
el uniforme significaba que no tenía que tener trato exclusivo con
ellas. Estaba el jefe de sección de nosotros (un capitán en ese tiempo y
ahora mayor) en ese momento una mina encapuchada y gorro le pega un
fierrazo en todo el casco, el weón se enojó y me dice -Juanito (nombre
ficticio) agarrate a esta maraca y sacale la chucha en el Z! (Retén
móvil)- Puta yo no me atreví a sacarle la chucha pero si darle algún
sustito. Le tiré los brazos para atrás y me la llevé al Z, cerré las
puertas. Ella iracunda dice -Cerdo culiao, si me vai a sacar la chucha
que sea sin taparte la cara cobarde de mierda- replicando le digo -Joven
si usted me dice cobarde por usar el casco, porque no se saca esas
hueás y da la cara?- enseguida saqué mi revolver (insisto, para darle un
susto y de ahí llevármela a la comisaría), la sorpresa fue cuando se
sacó el gorro y la capucha era el mismísimo amor de mi adolescencia,
quedé tiritando y toda la hueá. Me saqué el casco y le costaba
reconocerme hasta que le dije -dame la manito y bailemos- ahí cachó que
era yo, se puso de pie, me abrazó fuertemente mientras yo igual. Como
sabíamos que afuera estaba para rato y habían varias patrullas
disponibles, llamé por la radio al capitán diciendo -Mi capitán, tengo
acá a la 27 (sospechosa), en 30 (dirección) a la comisaría para tomar
constancia.- cayó redóndito. La llevé derechito para mi casa donde
expresamos nuestro amor de forma alocada. Después mismo día le pedí
pololeo, ya no nos hemos separado más y tenemos una hija nacida hace
poco la cuál mantengo con mi actual trabajo (sí, estudio y trabajo) digo
también que pedí la baja debido a un problema con esos saco weas (pillé
a un alto mando recibiendo soborno y hablé, obvio no me creyeron y me
dejaron como malo a mí), así terminé en la U. Bueno, esa es mi confesión
que si hubieran sabido mientras estaba dentro me cortaban las weas
jajajaja, saludos buena página.
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